miércoles, 27 de enero de 2010

Aseguran que la niña de San Salvador murió por errores de los bomberos

Los padres, en la demanda, afirmaron que el Cuerpo de Bomberos Voluntarios desplegó “una actividad profesional manifiestamente deficitaria”. Denunciaron que la autobomba no arrancaba y perdieron tiempo.
La demanda presentada a fin de año ante el Juzgado Nº 2 en lo Civil y Comercial de Paraná por parte de los padres de Katia Pereyra, fallecida el 7 de agosto de 2007 durante el incendio de una casa en San Salvador, asegura que la niña de 7 años perdió la vida debido al accionar deficitario del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la localidad de la costa del Uruguay. La demanda fue interpuesta por Alberto Rodolfo Pereyra y su esposa María Inés Ledezma, padres de Katia, a través de los abogados Lisandro Rodriguez Signes y Marcelo Baridón, contra el Estado de Entre Ríos –en su calidad de titular del poder de policía de seguridad contra incendios– y contra el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Salvador. En esa presentación –a la que tuvo acceso UNO– se afirma que quienes intervinieron en aquel incendio omitieron “realizar las diligencias mínimas que exige la profesión de bombero”, y desplegaron “una actividad profesional manifiestamente deficitaria”. Esto “coadyuvó de modo decidido al fallecimiento por asfixia” de la hija del matrimonio Pereyra y “derechamente impidió que nuestros mandantes rescataran a su hija del fuego”. La demanda es por 125.000 pesos en concepto de daño material y otros 125.000 pesos en concepto de daño moral. Sobre cómo sucedieron los hechos aquel 7 de agosto, los abogados reseñaron: “La Policía de Entre Ríos llega, verifica que efectivamente la casa se estaba quemando y llama al Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Salvador, quienes demoran más de la cuenta en llegar a la casa de la familia Pereyra”. Además, la autobomba “tuvo que ser empujada porque carecía de suficiente batería para arrancar por sí sola” y “una vez funcionando por sus propios medios, los bomberos se dirigieron a otro lugar, no al domicilio donde se estaba desarrollando el incendio”. Cuando el padre de la niña –que estaba en su trabajo y fue avisado por los vecinos– ingresó a la vivienda –la Policía y los Bomberos ya estaban en el lugar de los hechos–, intentó abrir la puerta de la habitación donde estaba su hija para rescatarla, pero quién aparecía como el jefe del operativo se lo prohibió “sin invocar razón alguna”. Alberto Pereyra intentó entonces ingresar a la habitación por una ventana, pero también le fue impedido. Finalmente ingresó un bombero que rescató el cuerpo de Katia. “La ambulancia había llegado únicamente con el chofer. Sin médico ni enfermero ni siquiera tubo de oxígeno”, dice la demanda. Una vecina que es enfermera se ofreció para asistir en la emergencia. Katia falleció por asfixia, por “la inhalación de sustancias tóxicas, como humo de la combustión de prendas, maderas, plásticos, etc, que cuando se combinan son altamente tóxicos”. “De haber actuado el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Salvador con velocidad, de haber mantenido la autobomba funcionando, de haber actuado con profesionalismo y orden; de haber escuchado al hermano de la víctima (quien decía que la niña estaba adentro de la casa), de haber traído las dos autobombas en lugar de una, de haber tenido un plan de ataque del fuego cerca del lugar donde Katia estaba y no en el frente de la casa, de no haber dado participación protagónica a aspirantes de bomberos, seguramente Katia Pereyra no estaría muerta. Como ninguna de estas conductas estuvieron presentes, sino ausente, el resultado de la actuación de los bomberos es a todas luces, desastroso y concurre decididamente a la causa de la muerte de la menor”, afirma la demanda. En otro párrafo afirma: “Las ausencias de acción y su relación causal con la asfixia de la menor se ponen de manifiesto frente a la conducta asumida por el padre de la niña y por la madre. Ambos llegaron a estar a escasos centímetros de su hija y fueron los bomberos quienes les impidieron llegar a ella”. Entre las deficiencias de la actuación, los abogados mencionaron que “lejos de concentrar los esfuerzos en salvar la vida humana que se estaba asfixiando dentro de la vivienda (…) se dedicaron a otras actividades que cualquier protocolo lógico indica que pueden ser realizadas con posterioridad”. Entre ellas citaron que “vaciaron la carga de agua de la autobomba sin criterio alguno, sin precisar dónde estaba el foco ígneo” y no escucharon a la única persona que pudo salir de la casa, quien indicaba que adentro se encontraba “ahogándose viva” Katia. “Administraron la carga de agua sin ningún tipo de criterio, tiraron agua al montón y la malgastaron”, aseguraron, entre otras deficiencias, informó diario Uno de Paraná.

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