ELVIO ENRIQUE, EL PROFE DE LOS 25 AÑOS: “El alumno de técnica tiene una marca de fabrica que lo caracteriza desde los comienzos mismos de la escuela”

SAN SALVADOR.- El profesor Elvio Enrique, el único que desarrolla tareas en la Escuela Técnica desde sus comienzos, recordó con nostalgia los primeros pasos remarcando que “aquí hay y habrá un equipo directivo y docente que los quiere y se desvive para que tengan un futuro sin exclusión”. Lo hizo al hablar en el acto central de los 25 años de la Escuela Técnica realizado en la tarde del miércoles.
“Este es un año cargado de emociones para mí, hace solo un mes, el colegio Francisco Ramírez, mi otra casa, cumplía sus 50 años, de los cuales 29 de ellos los llevo como profesor en ese lugar. Dentro de un mes, también cumple 50 años el instituto que me formó como docente, estoy como un chico ansioso esperando que llegue esa fecha para reencontrarme con quienes fueron mis profesores y sobre todo con mis compañeros, a quienes no veo hace 30 años”, indicó.
“Y hoy…, agregó, estamos aquí para festejar los primeros 25 años de esta querida Escuela Técnica, de la que soy testigo de su nacimiento. Cómo no voy a estar cargado de emoción, son demasiados acontecimientos para alguien que está en el epílogo de su carrera… y como dice China Zorrilla, no es que uno se pone viejo… solo se le cambian los gustos”.
Luego, hablándole a la escuela le dijo: “Escuchame: cómo no voy a estar acá adelante… si te conozco desde que eras EPET 10.
Cómo no decir presente, si nos hicimos compinches en la Escuela 9 que te dio albergue… para que puedas dar tus primeros pasos.
Cómo no estar radiante de alegría, si superamos juntos la difícil época de la convivencia con el colegio, que habrá tenido su buena voluntad para compartir, pero todos sabemos lo que es vivir como parejita recién casado. Se está cómodo en casa de los suegros… pero es ajena. Ni hablar de los talleres acá enfrente, en el hospital viejo. Estaba todo bien, pero no era tuyo”.
“Entonces, cómo no hacerte el aguante ahora, si tenemos todo esto, austero, por ahora incómodo, sí, pero nuestro. Y quién no ha soñado en su vida con el techo propio? y lo que se disfruta al conseguirlo. Cómo no gozar ahora que tus talleres desbordan de herramientas, si te conocí cuando tus primeros alumnos veían un motor, literalmente, en figuritas”, apuntó el profesor Enrique.
Cómo no vamos a sonreír, prosiguió, si varios de los que en esos momentos igual se le animaron a la técnica, hoy son compañeros de trabajo.
Siempre sostuve, y no descubro nada con esto, que el alumno de técnica tiene un sello inconfundible, una marca de fabrica que lo caracteriza desde los comienzos mismos de la escuela, sostuvo.
Y que esa mística se ha ido transmitiendo con los años… y hoy ya tenemos a los hijos de los egresados en las primeras promociones.
Y de esa mística, también, en mucho tiene que ver la comunidad educativa toda que ha pasado por aquí, destacó Enrique.
Porque si no fuera por el compromiso y dedicación de todos, de Dirección para abajo, de la incansable vocación de servicio, de insistir en no ser meros inculcadores de información, de prestarle el oído a sus inquietudes y problemas, de traerlos de la calle, a algunos que ya habían tirado la toalla. En fin, de hacerlos sentirse personas, como si fuera poco, señaló.
Y ahora, con el simple derecho que me da el ser profesor con más antigüedad de la escuela, y con la jubilación a la vuelta de la esquina, dijo el profesor Enrique, mi deseo, o casi una exhortación, para los colegas que vengan, es que no pierdan de vista ese cariz humano que es nuestra bandera, que no dejen de luchar para que esos negritos de la técnica, no aflojen, que se sientan respetados y respaldados y sin tanta alharaca podamos jactarnos ahora y siempre que aquí se hace contención, que aquí hay y habrá un equipo directivo y docente que los quiere y se desvive para que tengan un futuro sin exclusión. Casi nada, expresó.