El encargado de dar la bienvenida y destacar la importancia de la festividad en nombre de la comunidad fue Enrique Grimberg, quien dijo que “Janucá significa “Inauguración” y conmemoramos la epopeya de los macabéos cuando habían profanado el Templo, el Imperio Helénico. Un grupo minoritario de judíos decidió, en virtud a su fe, recobrar ese lugar, volver a ponerlo al servicio de Dios y así también recobrar la identidad nacional y también la libertad. Es la fiesta por la recuperación de valores históricos del pueblo judío y que al día de hoy se comparten estos valores en los distintos credos también. No es casualidad que cerca de Janucá esta la fiesta de Navidad y Año Nuevo y gracias a Dios los pueblos nos podemos hermanar en festejos, cada uno desde su creencia y desde su particularidad, pero compartiendo con los demás”. Uno de los preceptos es encender un candelabro de 8 brazos que conmemora el milagro.
Estaba hablando antes de una victoria militar, la reconquista del templo y la inauguración, por eso se llama Janucá, pero las fiestas judías siempre tienen un sentido espiritual y ese sentido tiene que ver con el milagro que ocurrió allí en Janucá que cuando los macabéos ingresaron encontraron una vasija de aceite apto para encender el candelabro que duraba un solo día y tomaba ocho días el volver a restablecer el aceite y tener la posibilidad de volver a encender, pero por milagro esa vasija duró ocho días. En realidad lo que celebramos al día de hoy es este milagro y hoy justo vamos a encender las velas, el candelabro completo.
La palabra Shalóm, significa “Paz”, y es la palabra con la que nos saludamos cotidianamente y que esta plazoleta podemos decir en hebreo que es la Plazoleta de la Paz, tiene que ver con ese sentido. Shalóm tiene en su raíz, las palabras hebreas se conforman a través de raíces.
Tres letras: la chim, la lamet y la men que significa Shalem traducido es “Completo”. Uno está en paz cuando está completo y simbólicamente en esta plaza estamos completos porque estamos compartiendo con distintas personas de distintos credos, no solo se está en familia sino en comunidad, toda la comunidad de San Salvador que nos toca compartir”. Luego explicó que encendemos el candelabro de manera completa y esperemos que la luz que emane de estas velas ilumine al mundo en el sentido que fue erigida esta paz con dos grandes palomas y que la paz no solo reine en el 2012 aquí en la Argentina sino que pueda reinar en todos los lugares del mundo. Sin dudas esto no depende de Dios sino que depende de los hombres. Tenemos que poder creer en los milagros, en los de paz, de justicia y de verdad que anhelamos todas las religiones, finalizó Grimberg.
También dejó una oración el P. Martín Bordet en nombre de la comunidad católica. Fuente: LA SEMANA.