De hecho es así porque hasta la temporada pasaba jugaba en la Liga C Provincial. Y ascendió. Claro que el encuadre de novato en la categoría merece otro contexto. Es que retrocediendo en el tiempo y llegando a la naciente Liga Nacional (década del 80), esta institución de la región centroeste de Entre Ríos fue integrante de la Liga B (para esta época el TNA) hasta 1992. Luego desapareció de escena. En todo sentido. No sólo se cayó de la categoría de ascenso, sino que hasta dejó de tener Primera División en el club.
El golpe fue muy fuerte para una generación de jugadores y de personas que vieron y crecieron con el básquet de Liga y que de la noche a la mañana no había con qué estimular a los más chicos: la gran vidriera del único equipo de básquet en la ciudad no tenía representantes. La decisión la habían tomado un grupo de dirigentes. Ellos no están más.El recambio llegó.
Por eso desde 2001 y tras nueve años de tener básquet sólo en inferiores, volvió armarse un equipo con mayores. Hoy, un grupo de personas que tienen entre 20 y 40 años lideran el trabajo que derivó en que Sportivo San Salvador esté en la Liga Nacional B. Esta es parte de la historia de este club que recordará mañana aquellos viejos encuentros con Echagüe... 23 años después. Ha pasado el tiempo para los dos y hoy se vuelven a encontrar.“Hemos vuelto a respirar básquet. Cuando no teníamos Primera yo me dediqué al fútbol.
Ahora volví a mi primer amor, pero como dirigente. La idea es afianzarnos y seguir creciendo”, cuenta Fabián Luggrean, jefe de equipo. En San Salvador (ciudad donde residen 20 mil personas), cada vez que juega Sportivo, la cancha (con capacidad para mil) está llena. “Todos nos apoyan (el presupuesto es de 35 mil pesos mensuales) y vamos por el buen camino...”. San Salvador volvió... y con la fuerza de toda su gente. Publicado en Diario Uno.
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