El gerente de la regional Salto Grande del IAPV, Roberto Mazarello, señaló que la repartición recuperó más de una veintena de viviendas que se encontraban abandonadas o había sido vendidas o alquiladas; “Desde marzo hasta ahora, iremos por el caso 21 o 22”, indicó Mazarello; Las casas recuperadas que serán entregadas nuevamente pertenecen a las ciudades ubicadas en la jurisdicción de la regional como Feliciano, San Salvador, Chajari, General Campos además de Concordia. En algunas localidades, las casas están vacías o abandonadas dado que fueron entregadas hace un año pero los beneficiarios no las han ocupado. “Por diferentes motivos: porque trabajan afuera, se han ido o porque están en el campo”, explicó el gerente.
El otro caso es el de quienes venden el inmueble, una cuestión prohibida. Las viviendas no se pueden vender, alquilar o transferir por un plazo de cinco años. “Se han visto en los diarios locales o de la provincia a gente que pone una casa del IAPV en venta”, señaló Mazarello. Los únicos casos en que se permite una venta antes de ese plazo es cuando el titular cancela la deuda con el organismo y obtiene la escritura.
Las viviendas recuperadas pertenecen a los departamentos de Feliciano, San Salvador, Chajari, General Campos y en Concordia. La Regional tiene a su cargo cinco departamentos que van desde San Salvador hasta Feliciano. “Hemos empezado en varias localidades a llevar un control de todas las denuncias de viviendas deshabitadas, que están en venta o que han sido vendidas en forma irregular”, indicó. Mazarello no especificó cuantas denuncias llegan diariamente a la mesa de entradas de la Regional. “Es un número importante que no sabría detallarte hoy”, manifestó.
El procedimiento consiste en dar de baja las actas de preadjudicación que en su momento se libraron para las familias beneficiadas. Las únicas excepciones son cuando los titulares ceden sus derechos, luego de transcurrido un año de la obtención de la casa, a familias que cumplen con los requisitos Fonavi y se hacen cargo de la deuda.
El perfil de los denunciantes es el de familias que necesitan de una vivienda dado que para ello se requiere cumplir con los requisitos Fonavi. Por una casa deshabitada suele haber hasta cinco o seis denunciantes. Suelen presentarse espontáneamente a realizar la imputación. Luego los asesores legales son los que se encargan de cada caso que culmina con una nueva adjudicación.
La falta de pagos no es un causal de desalojo, indicó Mazarello. “Estamos viendo la situación de cada uno de los barrios, estamos conversando con la gente y apelando a la buena voluntad del adjudicatario en llegar a la solución. Si en algún momento pactó una cuota y hoy se quedó sin trabajo o por un inconveniente personal o enfermedad, el Instituto siempre tiene la puerta abierta para tratar de regularizar o acordar un sistema de pago nuevo acorde a lo que proponga el adjudicatario”, señaló.
Por último, el gerente indicó que en los últimos días se ha licitado un número importante de viviendas en la provincia y que las obras comenzarán a principios de 2010. Por lo tanto, en estos días se están inscribiendo familias en la lista de espera para los sorteos además de otras que se acercan a renovar datos sobre información aportada anteriormente.
El otro caso es el de quienes venden el inmueble, una cuestión prohibida. Las viviendas no se pueden vender, alquilar o transferir por un plazo de cinco años. “Se han visto en los diarios locales o de la provincia a gente que pone una casa del IAPV en venta”, señaló Mazarello. Los únicos casos en que se permite una venta antes de ese plazo es cuando el titular cancela la deuda con el organismo y obtiene la escritura.
Las viviendas recuperadas pertenecen a los departamentos de Feliciano, San Salvador, Chajari, General Campos y en Concordia. La Regional tiene a su cargo cinco departamentos que van desde San Salvador hasta Feliciano. “Hemos empezado en varias localidades a llevar un control de todas las denuncias de viviendas deshabitadas, que están en venta o que han sido vendidas en forma irregular”, indicó. Mazarello no especificó cuantas denuncias llegan diariamente a la mesa de entradas de la Regional. “Es un número importante que no sabría detallarte hoy”, manifestó.
El procedimiento consiste en dar de baja las actas de preadjudicación que en su momento se libraron para las familias beneficiadas. Las únicas excepciones son cuando los titulares ceden sus derechos, luego de transcurrido un año de la obtención de la casa, a familias que cumplen con los requisitos Fonavi y se hacen cargo de la deuda.
El perfil de los denunciantes es el de familias que necesitan de una vivienda dado que para ello se requiere cumplir con los requisitos Fonavi. Por una casa deshabitada suele haber hasta cinco o seis denunciantes. Suelen presentarse espontáneamente a realizar la imputación. Luego los asesores legales son los que se encargan de cada caso que culmina con una nueva adjudicación.
La falta de pagos no es un causal de desalojo, indicó Mazarello. “Estamos viendo la situación de cada uno de los barrios, estamos conversando con la gente y apelando a la buena voluntad del adjudicatario en llegar a la solución. Si en algún momento pactó una cuota y hoy se quedó sin trabajo o por un inconveniente personal o enfermedad, el Instituto siempre tiene la puerta abierta para tratar de regularizar o acordar un sistema de pago nuevo acorde a lo que proponga el adjudicatario”, señaló.
Por último, el gerente indicó que en los últimos días se ha licitado un número importante de viviendas en la provincia y que las obras comenzarán a principios de 2010. Por lo tanto, en estos días se están inscribiendo familias en la lista de espera para los sorteos además de otras que se acercan a renovar datos sobre información aportada anteriormente.
20 me parece muy poco para las irregularidades que hay, pero es algo.
ResponderEliminarSería tan fácil controlar si las viviendas son habitadas por los adjudicatarios reales. Se golpea la puerta y se pide identificación a quien la habita. No es el titular?, ...... afuera. Asi de fácil deberían hacerse las cosas. Pero debe ser una cadena muy grande de acomodos y compromisos que nadie tiene suficiente peso para encaminar la cosa.