SAN SALVADOR.
La repavimentación de las calles céntricas y principales avenidas de la ciudad,
casi finalizada, le ha cambiado la cara a San Salvador. No hay dudas que es una
obra de gran significado para la imagen de la ciudad.
A esto se
sumó la pavimentación de las dos manos de la Avenida Malarín entre el
escenario del Centenario y las vías del Ferrocarril, un trabajo que se realizó
durante el pasado fin de semana y que le viene muy bien a la entrada de la
ciudad por la Avenida Colón
desde la ruta provincial 38.
Al anhelo de
todos para que esta obra perdure en el tiempo y la podamos disfrutar como
vecinos de la ciudad se suma la desidia de aquellos que no les importa nada, por
ejemplo el transporte pesado que transita por lugares prohibidos. Los ejemplos
principales se observan en la Avenida
Malarín y Avenida de los Rusos, donde el municipio ha
intentado frenar el paso de vehículos con altura superior a los 2,50 m . pero con algunos
inconvenientes importantes.
Nos
referimos a los pórticos que han generado diversos comentarios, a favor y en
contra. Los favorables tienen que ver con la preservación del pavimento, en el
que la gran mayoría coincide porque no se puede permitir que un transporte
pesado circule por esas arterias como lo hacía antes rompiendo todo lo que se
había hecho porque le queda más cerca y es mejor el camino hacia su destino
final.
Los
contrarios hablan de la altura, que no es la adecuada, pues para determinarla
no fueron consultados algunos servicios elementales de uso habitual en la
ciudad, como Bomberos Voluntarios y empresas de transporte de pasajeros que no
pueden pasar por los pórticos porque sus vehículos son de una altura superior.
Lamentablemente,
la altura máxima de 2,50 ya está provocando problemas porque primero una camioneta
con casilla rodante y las traffic que llevan algún equipaje especial no pueden
pasar, y en algún caso intentaron hacerlo con la consecuencia lógica de la
rotura del cartel.
Pero la
máxima se produjo este miércoles cuando un vehículo se llevó por delante el
pórtico y lo dobló en gran forma dejando su sello a la vista de todos.
En
definitiva, el pórtico no parece ser la solución definitiva, aunque quedan muy
lindos los carteles indicadores de la ubicación de diversas instituciones. Tal
vez habrá que rever la altura y/o establecer un control preventivo durante un
tiempo hasta que todos se acostumbren a respetar y convivir con las normas de
tránsito. Fernando Rodríguez - Fuente: LA SEMANA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deben mantener una línea de respeto hacia todas las personas que se mencionen. De lo contrario será eliminados. EL DIRECTOR