SAN SALVADOR.- En la tarde este viernes 7 de agosto celebró la misa en honor a San Cayetano en el salón de la pro capilla San Cayetano, donde se congregó una importante cantidad de fieles pidiendo por pan y trabajo.
En su homilía el Padre Martín Bordet destacó que la realidad que golpea al creyente es la presencia de Dios, el que ve a Dios. Eso no se puede borrar nunca. Es por eso que San Cayetano pudo enfrentar las distintas crisis y situaciones difíciles que había en su época, con mucha confianza.
Además rescató que la savia del cristiano es el amor de Dios, la certeza que Dios está cerca. Aquel que no cree hablará de la crisis económica, la crisis de valores, la crisis social, la inseguridad. Cuando uno se encuentra con otro y empieza a hablar de esas cosas es señal que al amor de Dios todavía no está en el corazón. Incluso remarcó que “aunque los medios lo amplifiquen tanto parecería que eso es lo único que hay. Por eso hay que estar atentos con los medios para que no nos dejen esa impresión que la verdadera realidad es la muerte. Para nosotros la primera realidad que nos golpea muy fuerte es el amor de Dios, que se manifiesta en la providencia”. Por eso venimos a pedirle San Cayetano el trabajo. No que nos regale el pan, sino que nos de el pan, porque dice Jesús que al que no carga la cruz no puede ver el reino de Dios, agregó.
Más adelante dijo: “Aquel que no tiene fe, analiza y se queda con los análisis y los problemas nunca los resuelve. El creyente comienza con la fe en Dios y le hace ver el problema y lo trae porque deja de ser problema y se transforma en manifestación del amor de Dios”. También se refirió a la realidad al señalar: “Hoy San Salvador que nos está mostrando: la paz o la guerra. Hoy nos despertamos y vemos que hubo un asesinato en General Campos. Si es una manifestación del poder del demonio, donde hay pelea muerte y divisiones. Pero nosotros también hoy nos levantamos decimos gracias Señor por amar y porque puedo amar al hermano”, entonces advirtió que “no debemos dejarnos impresionar por las noticias del mundo”, finalizó el P. Martín Bordet.
Al término de la misa y tras la bendición del pan, se procedió a repartir las bandejas con el pan en honor a San Cayetano.
En su homilía el Padre Martín Bordet destacó que la realidad que golpea al creyente es la presencia de Dios, el que ve a Dios. Eso no se puede borrar nunca. Es por eso que San Cayetano pudo enfrentar las distintas crisis y situaciones difíciles que había en su época, con mucha confianza.
Además rescató que la savia del cristiano es el amor de Dios, la certeza que Dios está cerca. Aquel que no cree hablará de la crisis económica, la crisis de valores, la crisis social, la inseguridad. Cuando uno se encuentra con otro y empieza a hablar de esas cosas es señal que al amor de Dios todavía no está en el corazón. Incluso remarcó que “aunque los medios lo amplifiquen tanto parecería que eso es lo único que hay. Por eso hay que estar atentos con los medios para que no nos dejen esa impresión que la verdadera realidad es la muerte. Para nosotros la primera realidad que nos golpea muy fuerte es el amor de Dios, que se manifiesta en la providencia”. Por eso venimos a pedirle San Cayetano el trabajo. No que nos regale el pan, sino que nos de el pan, porque dice Jesús que al que no carga la cruz no puede ver el reino de Dios, agregó.
Más adelante dijo: “Aquel que no tiene fe, analiza y se queda con los análisis y los problemas nunca los resuelve. El creyente comienza con la fe en Dios y le hace ver el problema y lo trae porque deja de ser problema y se transforma en manifestación del amor de Dios”. También se refirió a la realidad al señalar: “Hoy San Salvador que nos está mostrando: la paz o la guerra. Hoy nos despertamos y vemos que hubo un asesinato en General Campos. Si es una manifestación del poder del demonio, donde hay pelea muerte y divisiones. Pero nosotros también hoy nos levantamos decimos gracias Señor por amar y porque puedo amar al hermano”, entonces advirtió que “no debemos dejarnos impresionar por las noticias del mundo”, finalizó el P. Martín Bordet.
Al término de la misa y tras la bendición del pan, se procedió a repartir las bandejas con el pan en honor a San Cayetano.
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