
Bosso es un pequeño citricultor que estaba endeudado con el Banco Nación y quien días atrás había logrado, con el reclamo de pequeños productores, postergar un remate que ya había amenazado su propiedad hace una semana atrás.
Entre los hombres del agro que intentaron impedir lo que se concretó esta mañana, se abre el interrogante respecto a la efectividad de un acuerdo entre la Provincia y la Nación que a principios de este año se había anunciado como la salvaguarda de los pequeños productores endeudados y bajo amenaza de remates.
Por otra parte, llamaron la atención sobre el hecho de que el comprador de este campo, de apellido Benchoa, cuando se le pidió que no haga la compra “fue defendido por el inmobiliario Marcos Roisman”, según confiaron a Diario Río Uruguay. Siendo que el remate fue sobre una base de $120.000 “a comisión” existen suspicacias respecto a quien podría ser “el verdadero comprador”.
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