En una ocasión una señorita vio en un menú de un restaurante unas letras chinas que le gustaron por su forma y las grabó en una camiseta. Durante mucho tiempo estuvo luciéndolas sin saber lo que decía. Hasta que un amigo suyo que hablaba chino le dijo lo que decía en su letrero: “barata pero buena”. La señorita se había estado ofreciendo al mejor postor sin saberlo.
Estas cosas suceden cuando la gente hace algo que no sabe lo que significa. Algo así sucede con “HALLOWEEN”, una fiesta que se está conmemorando cada vez en más lugares.
Esta fiesta, también conocida como la fiesta de brujas, es muy popular en los Estados Unidos y también invadió nuestro país. En los negocios se encuentra de todo para su celebración: máscaras con modelos de brujas, vampiros o calaveras, guantes, dedos y brazos de goma, manteles, decoraciones y guirnaldas con motivos de brujería, además de artículos luminosos con diseños de calabazas, fantasmitas, cráneos, esqueletos, muñecos musicales, etc.
Los niños salen a la calle disfrazados y golpean las puertas de las casas o de los departamentos pidiendo caramelos o tratando de asustar a las personas.
Halloween se celebra el 31 de octubre. Su origen se remonta a cientos de años atrás en una región de Europa que incluía Gran Bretaña y el norte de Francia. Era una noche de tinieblas y de celebración de la muerte. Todo lo que recordara a la muerte, el horror y el sufrimiento se asociaba con esta celebración: sepulturas, cadáveres, cementerios, vampiros, brujas, demonios y el mismo diablo. En aquella época, la gente de ese lugar creía en muchos mitos, como por ejemplo: que la noche del 31 de octubre era ideal para comunicarse con aquellos que habían fallecido, porque era el tiempo en que los espíritus de los muertos volvían para tener contacto con sus familiares y amigos; que preparar comidas para estos espíritus sería bueno para impedir que se enojaran y atormentaran a los vivos, y otros más.
Los sacerdotes de aquel pueblo se llamaban druidas. Los druidas practicaban la magia y llevaban a la gente a encender fogatas para honrar al dios sol, para calmar y ahuyentar a los espíritus que estuvieran furiosos y para que de esta manera no destruyeran sus plantaciones y sus propiedades, se disfrazaban de brujas y agujereaban vasijas en forma de horribles máscaras, poniéndoles adentro velas encendidas. También hacían que la gente usara ropas oscuras y máscaras para confundir a los espíritus. Todo esto se hacía con música, bailes y bebidas, transformando aquella fecha en una fiesta del horror. La gente disfrazada iba casa por casa mendigando dulces para ofrendar a los espíritus. Si les daban dulces, rezaban por esa casa, si no les daban, los maldecían y les hacían algún destrozo. A su vez los druidas o sea, los sacerdotes, para apaciguar a los espíritus, hacían sacrificios de animales ¡y de niños!
Ese fue el origen de Halloween.
Por lo que, Halloween forma parte de "una moda supersticiosa y hueca que se va imponiendo con inconsciente frivolidad" y la mayoría "no tiene conciencia de que al adoptarla, en el fondo, festeja a la muerte, al diablo y al infierno".Halloween es una fiesta extraña, ajena a la tradición cristiana y a la cultura nacional; una fiesta "pagana" vinculada con la brujería y las sectas satánicas, y a la vez "nociva" para la fe religiosa de la gente.Pr. Silvio Sack- Iglesia Evangélica Congregacional
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